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Independencia Argentina

casatucuman.jpgHace dos días atrás, 9 de julio, en Argentina recordábamos nuestra independencia declarada en 1816, en el famoso Congreso de Tucumán, que nos separaba desde el punto de vista soberano de las metrópolis europeas.

A partir de allí, la lógica llevaría a pensar que las Provincias Unidas del Río de la Plata se «unirían», justamente, para formar un Estado Nacional. Nada más lejos de la realidad.

Como ya vimos en Hablemos de Historia mediante el artículo «la larga espera», de 1805 hasta 1820 se da una guerra frenética en busca de la Independencia. Luego de la guerra, vendría supuestamente un proceso de organización nacional, pero eso no fue posible de forma inmediata debido a las diferencias inter e intra regionales. Además los conceptos de Patria y Nación no los construyen todos: se ve clara una elite terreteniente, una comercial y otra letrada que buscan separarse de los imperfectos (o bien, limitarlos o atenuarlos), de los excluidos del nuevo sistema imperante liberal: mestizos e indios. Por supuesto que esto no se da en su totalidad, puesto que mal que mal América conoce un poco de movilidad social desde tiempos coloniales hasta 1880: durante ese período encontramos ganaderos indios en Perú, mineros y yanaconas en los centros andinos, pequeños propietarios de tierra en México y Argentina, etc.

Para formar la idea de un «Estado» y «Nacional», Argentina (así como otras regiones americanas) debió regirse por un grupo dominante que fue la Oligarquía, la cual con la creación del Estado a partir de 1880 por poner una fecha práctica para un proceso que es más complejo) dejaron de luchar con caudillos para pasar a luchar con políticos y vender la idea de país por medio de los símbolos patrios y la ideología bajada a través de la educación (ley 1420 en Argentina, recuerdan?).

La verdadera Independencia no vino enseguida y habría que reflexionar desde qué punto de vista entendemos el concepto de libertad, puesto que luego de independizarnos sobrevino otra etapa donde pasamos a ser parte del Sistema Internacional de corte capitalista, donde los valores más importantes pasaron a ser la oferta y la demanda.

Sucesivos proyectos de país comenzaron a surgir luego del Congreso de Tucumán de 1816: monarquía constitucional, monarquía con representante de la casa de Borbón, monarquías con respresentante Inca, y por supuesto las propuestas de Moreno, Fragueiro, Alberdi, Sarmiento y otros. Puntos en común entre todos ellos: ninguno vió la luz concretamente antes de 1880 (salvo la corta aventura de Fragueiro durante la Confederación Argentina) y era muy difícil hablar de república en aquellos tiempos americanos. En próximas entregas hilaremos más fino con respecto a estos proyectos.

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Historia de la Minería Aurífera

Desarrollo continuo, al ritmo de la Historia de Chile.

Por Karen Paredes.

19 años, Universidad de Santiago de Chile. Departamento de Historia
Cátedra: «Génesis y Evolución de la Sociedad Hispano- Indígena»

Esta monografía se centra en el tema minero, específicamente de Chile, en lo que corresponde al período colonial. La investigación quiere romper con las visiones conservadoras de la historia de Chile, que pone límites a la economía minera en este país, enmarcándola sólo en el siglo XVI. Es por ello que normalmente, la economía colonial chilena es separada en dos: Siglo XV- XVI, época minera; y siglos XVII- XVIII, como época agrícola, enfocándose con mayor fuerza en la exportación del trigo. Al poner estos límites se tiende a eliminar la minería en los siglos del auge del trigo, enunciando que dicha actividad termina a fines del XVI, incluso poniendo un hito como tope, el «Levantamiento Indígena de Curalaba», en 1598.

A través de la investigación aquí presentada, se desea derribar estos mitos de la historiografía tradicional chilena y comprobar que la economía minera no desapareció del país como se dice. Además, se expone la historia aurífera de Chile, estudiandola por capítulos, aludiando a que es este el producto minero explotado, por exelencia, por los españoles en este país.

Pero, habrá que leer la monografía para ver si estos enunciados (tesis de la investigación) pueden ser corroborados e incorporados como un buen elemento a la historia de Chile, o si más bien es sólo una hipótesis sin suficientes respaldos…

Bibliografía de Consulta:

– Góngora, Mario; “Encomenderos y Estancieros”; Universidad de Chile, Sede Valparaíso, Santiago de Chile, 1970.

– Ots Capdequi, J.M; “El Estado español en las Indias”; Fondo de Cultura Económica, México, 1946.

– Ruiz Rodríguez, Carlos; “Mano de Obra indígena y administración española en las faenas mineras. El libro “Libro de Minas” de 1598- 1599”; Revista Contribuciones Científicas y Tecnológicas, Área Cs. Sociales y humanidades Nº 122, Santiago de Chile, Octubre 1999.

– Silva Galdames, Osvaldo; “Historia de Chile”, Tomo 1, “Prehistoria, Descubrimiento y Conquista. Desde la Prehistoria hasta 1601”; Editado por el Diario “La Tercera”, Santiago de Chile, 2005.

Fuentes audio- visuales de internet:

– Cuadra Cárdenas, Waldo y Arenas Campos, Marco: “Evaluación Histórica de la producción de oro de Chile. Período 1541- 2002”. [http://www.editec.cl/mchilena/sep2003/Articulo/evaluacion.htm]

– Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: “Historia General de Chile”. [http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/bnc/…]

[PDF] Historia de la minería aurífera en Chile.
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Trabajo enviado por Karen Paredes.

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La Marca de la Esclavitud

Desde los tiempos coloniales americanos, el legado africano dejó marcas culturales ondas e ineludibles quizá como recompensa justa de la marca física que muchos hombres y mujeres llevaron de por vida.

esclavos.jpgEl siglo XVII y XVIII conoció el afluente de esclavos africanos a los principales puertos coloniales. Primero, como solución al problema demográfico indígena pues los europeos (y luego sus descendientes criollos y peninsulares) pretendieron que los aborígenes cambiaran sus hábitos de la comunidad indígena autosostenible a la estancias, haciendas o rancherías donde trabajaban para ampliar las arcas y los beneficios comerciales de sus explotadores, de sol a sol. Obviamente, la combinación de los malos tratos, enfermedades, problemas alimenticios, y la mala adaptación de la mano de obra a diferentes tipos climáticos y a los trabajos forzados, diezmaron a las comunidades indígenas que estuvieron casi a punto de desaparecer. Los terratenientes necesitaban una mano de obra de respaldo que tildaban de “más rentable y resistente”.

Segundo, con las Reformas Borbónicas, los mercados coloniales latinoamericanos tienen una apertura significativa al comercio exterior, y necesitan diversificar sus exportaciones, a la vez que “importan” ciertos objetos manufacturados y de lujo para sus “clientes más distinguidos”. Entre los objetos de lujo, estaban los esclavos africanos.

carimba.jpgLa trata negrera se convirtió en uno de los negocios coloniales más rentables de los opresores, y aún así, no dejaba de ofrecer pérdidas: debían alimentarlos, vestirlos, evitar las fugas, y los robos (de otros comerciantes). Para evitarlo, los patrones marcaban al rojo vivo a sus esclavos como si fueran animales. Eso se llamó la Yerra Humana o Carimba. Esas marcas eran de diferentes tamaños e inscripciones, e indicaban a quien pertenecía el cautivo, según el libro de actas o registros de las autoridades coloniales de cada región o jurisdicción. La carimba, sin dudas, fue la extensión de los conceptos de propiedad y posesión, muy comunes en la época.

Indiferentemente de que trabajaran en las plantaciones, las labores domésticas, o fueran liberados (manumisiones), debían llevar esa marca de por vida, como si fueran artículos seriados. Hubo que esperar mucho tiempo para que las sociedades americanas rompieran con sus esquemas denigrantes y discriminativos, debido a que se manejaban con rígidos sistemas de castas, que establecían pisos o escalones étnicos regulados por lazos de parentesco o relaciones socioeconómicas. Afortunadamente, ninguno de esos esquemas, ni posteriores formas discriminatorias pudieron parar el legado africano en el propio mundo cultural de aquellas sociedades que lo rechazaron.

Bibliografía de Consulta:
– ROCK, DAVID: Argentina 1516 – 1987. Desde la colonización española hasta Raúl Alfonsín, Alianza Editorial, 4ª edición, Buenos Aires, 1994. Cáp 2: El ascenso de Buenos Aires, 1680-1810. (pág. 77-80).

– BIBLIOTECA CLARÍN: Historia visual de la Argentina, Grupo Clarín, Buenos Aires, 1999. Cáp. 14: La sociedad en el virreinato. Los esclavos negros (pág. 204-205).

– LA ROSA CORZO, GABINO: La Carimba, Revista Cubana de Ciencias Sociales, Nº 33-34, 2003.
<http://www.filosofia.cu/ifc/rccs/nos_33-34/33-34_Carimba…>

– MORINI, ROBERTO: Africanos en Buenos Aires: los otros desaparecidos, El Corresponsal de Medio Oriente y África, 01-01-2001.
<http://www.elcorresponsal.com/modules.php?name=ElCorre…>