Lejos de toda predicción, en el artículo «Gobierno, campo y un modelo basado en la desigualdad», esbozaba un par de razones por las cuales no me convencía ninguno de los polos enfrentados («Campo» vs. Gobierno) en la cuestión del conflicto por las retenciones al agro. Después me di cuenta que éramos más lo que pensábamos que debía existir una posición independiente de éstas dos visiones pro-capitalistas. Una con una larga tradición de tristes expresiones de clase acomodada (incluso algunos cuadros de la FA se animaban a citar un paralelismo con el «Grito de Alcorta», cuando ahora están del lado de sus otrora enemigos del pasado: la Sociedad Rural), y la otra de claro compromiso con la patronal empresaria (nacional e internacional) y sus lacayos sindicales.
El comentario de Gustavo (al cual espero contestarle con éste artículo), me hizo reflexionar qué poco sabemos de los que están en la base de éste sistema explotador, los trabajadores; y ni hablar de la situación de los trabajadores rurales y campesinos. La mayoría de los que salieron a cortar rutas tenían las uñas bien arregladas, iban vestidos como «hombres y mujeres de bien», comían sus ricos asados, y encima contaban con el apoyo de la «gente» de barrio norte en la Capital (cuando en el fondo, a éstos últimos siempre les molestó la afluencia de las personas del Interior). Mientras, los trabajadores asalariados del campo seguían trabajando, y para colmo muchos en situación de trabajo en negro, para conveniencia de sus patrones.
La situación de los trabajadores mendocinos del ajo, son uno de muchos ejemplos de las penosas condiciones de trabajo que se puede encontrar en el campo. La injusticia no es una novedad, está en todas parte, tanto en el ámbito rural como en el urbano, pero empecemos a vivir con empatía lo que les pasa a los demás, en vez de «naturalizar» las noticias que aparecen en los medios. La semana pasada, Osvaldo Bayer y el CeProDH (Centro de Profesionales por los Derechos Humanos) junto con una red de organizaciones solidarias organizaron una rueda de prensa en el Hotel Bauen de Buenos Aires, para que se conozca lo que está pasando en Mendoza:
En estos días están en Buenos Aires una delegación de obreras y obreros del ajo. Llegaron desde Mendoza para extender a nivel nacional su campaña en contra de las cooperativas truchas que explotan a miles de sus hermanos, contra el trabajo infantil que condena a sus hijos, contra la persecución a sus compañeros que encabezan las protestas.
Gracias a la voracidad de los empresarios del ajo, y la complicidad del gobierno de Jaque, Mendoza se ha convertido en la provincia con mayor índice de explotación infantil del país.
La situación es complicada. Como denuncian los delegados José Soto y Fabián Bravo, “miles de obreros vienen de sufrir un lock out patronal que mantuvo parados los empaques más de un mes y medio, como una extorsión pública de la patronal que reclamaba que se cambiara la legislación laboral para poder mantener estas condiciones laborales sin el “acoso” de la ley. Con el estallido de la crisis la patronal está amenazando con despedir a miles de empleados a pesar de que el gobierno le está otorgando incontables beneficios y subsidios”.
No basta con enterarse, hay que comprender, y si se puede pasar a la acción mejor. Hay mucha información dando vueltas, pero lo importante es leerla entre líneas, y no actuar como autómatas.
Notas:
– Ajeros mendocinos: contra el fraude laboral, los despidos y la persecución a los delegados.
– “Hay que organizarse, perder el miedo”.
– Pateando el Tablero. Entrevista a José Soto, delegado de los trabajores del ajo mendocinos. (audio MP3 + programa completo).