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A propósito de la Reproducción.

No es exagerado decir que Pierre Bourdieu, forma parte entre los pensadores más influyentes del siglo XX, entre sus trabajos mas llamativos se encuentra “La Reproducción” en el cual pone al descubierto ciertos elementos teóricos para el sistema educativo, aplicado a nivel mundial.

Resulta interesante la manera en como Bourdieu , comienza a desmenuzar el modelo educativo, en primera instancia se intenta dejar en claro una nueva concepción de la educación, derribando las viejas tesis las cuales señalaban que la escuela representaba la “cultura de la sociedad”, siendo esto de modo contrario, ya que la escuela simplemente se encarga de transmitir la cultura de un solo grupo social, el cual posee una posición ventajosa y de dominio en la estructura social determinada, de manera que el accionar pedagógico forma parte de uno de los mecanismos que aseguran la reproducción cultural de los parámetros de la estructura social.

“…El trabajo pedagógico por el cual se realizan las “Acciones Pedagógicas” dominantes, tiene siempre la función de mantener el orden, o sea reproducir la estructura de las relaciones de fuerza entre los grupos o las clases…[1]

La escuela entonces, cumple el papel fundamental de inculcar, expandir y a la vez conservar esta cultura, usando como móvil al profesor.

El profesor resulta ser la autoridad pedagógica a la cual se le ha entregado el cargo de legitimar esta reproducción cultural, dado que es el accionar pedagógico el que ejerce este proceso de aculturación.

Para esto el accionar pedagógico posee ciertos métodos destinadas a excluir, desde la disciplina hasta la configuración de la sala de clases (los alumnos más aplicados al frente, al medio quienes poseen rendimiento regular y por ultimo los excluidos, los de un rendimiento pésimo).

Estos alumnos, los últimos de la fila, son tratados como elementos malignos dentro del proceso educativo; en primera instancia son distinguidos y diferenciados de los demás, posteriormente usados como ejemplo para que nadie mas sea como ellos, completando el ejercicio de la violencia simbólica.

También se incluye como método de exclusión, el uso de un código lingüístico, perteneciente a la clase dominante, el cual no hablan todos los alumnos denotando así a los sectores sociales medios y bajos a aprender y ocupar un vocabulario que no es el suyo.

Por otra parte el accionar pedagógico también se encarga de auto reproducirse, ya que el profesor enseña como a el le han enseñado, entonces en pocas palabras; estamos frente a un modo educativo a prueba de fallos ya que incluso logra ilegitimizarse con el fracaso del alumnado, ya que quienes no logran aprobar: “es porque no quisieron aprender”.

Entonces podemos concluir que el modelo educativo posee un carácter coercitivo, ya que, la escuela selecciona y legitima un sistema de costumbres y prácticas sociales impuestos por la clase social dominante; presenta e impone valores y normas culturales dándole un carácter universal, entregando como herramienta un lenguaje que no todos pueden hablar, de esta manera se patenta la reproducción cultural tal cual como la reproducción socio/económica de la cual hablaba el marxismo, ya que en términos prácticos el modelo educativo entrega al sistema un sujeto dotado de un “capital lingüístico” el cual posee cierto valor en el mercado laboral.

Lo mas llamativo del caso es que la redacción del texto de Bourdieu esta escrito en ese código lingüístico y para muchos resulta ser una lectura complicada, bueno mas llamativo aun es darme cuenta del código que estoy usando ahora mismo para finalizar este ensayo, en fin, parece que el molde es bastante efectivo, ¿no?.


[1] “La Reproducción”, Bourdieu y Passeron, Pág. 58.

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3 respuestas a «A propósito de la Reproducción.»

La reproducción que señala aquí Bordeau, y que nos traduciste con tus palabras (gracias por hacerlo 😉 ) tiene muchos puntos en común con lo que trata en otros trabajos sobre el «Poder Simbólico»: Las ideas y formas de pensamiento que tenemos, condicionan nuestra conductas en la vida cotidiana.

Los docentes (de cualquier nivel educativo) tienen que decidir qué, cómo y para qué enseñar a sus alumnos una selcción de contenidos X, y en ese camino están en la disyuntiva entre aferrarse ciegamente al curriculum (documentos del sistema educativo que te bajan una selección de conenidos básicos que el alumno debe aprender según el gobierno.) o tener la actitud crítica de hacer una selección propia, que sirva para el grupo escolar con el que está trabajando.

Lo ideal (para mí) sería hacer una selección de contenidos sin caer ciegamente en el discurso que nos bajan desde arriba, pero tampoco creer que lo que a mi me cierra les va a cerrar a todos. La idea es que la ideología la construya el propio alumno, y obtenga de su profesor una guía que le muestre las múltiples formas de ver la realidad. Partiendo de la base que, desde ya, crear un conocimiento total (es decir, absolutos) es imposible.

Y quiero recalcar que la toma de decisiones ideológicas/simbólicas (porque toda idea es un producto social, así queda desechada la idea que solo los hombres ilustres tienen buenas ideas, para nada!!!) les pasa a todos y en cualquier ámbito, no les pasa solo a los profesores. Este artículo ofrece posibilidades para ver aplicaciones en otros ámbitos de la vida diaria, y no solo el educativo. Y sí Jorge, utilizamos el código que mejor nos parece para expresarnos, no podemos eludirlo, jaja.

Bourdieu desarrolla una teoría que explica, desde la perspectiva de las determinaciones objetivas de lo social, un orden arbitrario que se legitima por la mediación de agentes que se encargan de explicar las contradicciones de dicho orden en términos de su propia lógica: vivimos en el liberalismo (orden simbólico general) que nos define como individuos (categoría típica del orden simbólico) y como tales poseemos derechos individuales que se definen como libertades (conocimiento sobre nuestras posibilidades de acción en el orden simbólico). Por supuesto esto no puede dejar de ser un orden socialmente impuesto: nosotros, los actuales habitantes de este mundo de la vida, no lo generamos en un principio (si es que el principio existió alguna vez), se nos fue dado por «otros» como el mundo de lo «humano», predefinido y habitable donde no es necesario que resolvamos los problemas típicos de la vida cotidiana como lo son: cómo hablar, cómo vestir, cómo y donde comer, donde tener sexo y cuándo y más aun, en qué creer y en qué no.

Sin embargo, como todo sistema simbólico totalitario, en sus legitimaciones trae bien incrustada su semilla de disolución: La libertad nos hace concientes de una posibilidad de acción: la acción interpretativa como función subjetiva, un aspecto de nuestra condición biológica, que por supuesto no deja de estar restringido precisamente por esa característica y por las determinaciones simbólicas del orden en el que nos movemos, pero que ha demostrado ser suficiente para cuestionar ese mismo orden, y los ejemplos nos los da la historia.

Concuerdo en una cosa con Mario: que el alumno estudiante «obtenga de su profesor una guía que le muestre las múltiples formas de ver la realidad»
Y estoy en desacuerdo con otra: que «crear un conocimiento total (es decir, absolutos) es imposible.» No es imposible, simplemente el esfuerzo es muy grande y lleva mucho tiempo (digamos, muchísimo más de cien años), además implica la participación y acuerdo de «todos» para lograr concretarlo, pero aun cuando se lograse concretar, sin un mecanismo de reproducción no duraría mucho (digamos, por lo menos cien años) y aun si ese mecanismo existiera no duraría para siempre, porque todos los que estuvieron de acuerdo en un principio morirían al poco tiempo y aunque hubiesen transmitido su convencimiento y sus razones a sus hijos y estos a sus hijos y así, llegaría el momento en que alguien dudaría, y con toda razón porque se preguntaría: ¿quienes eran esos que estuvieron de acuerdo en un principio? y ¿por qué pensaban que tenían razón? porque además verán que las cosas no son como ellos, los primeros, pensaban o veían que eran y así sucesivamente.

En fin, cuestiones de risa, muchas gracias por el artículo y felicidades.

Xolotl, no te olvides que parte por la cual «todos» no se pueden poner de acuerdo es porque históricamente se trata de sociedades conflictivas, de problemas que no se resuelven. Además, hay tantos intereses o formas de ver el Mundo como las personas que viven en él. Hay que apuntar a ver cuál es el pensamiento dominante en una sociedad, porque lo que está ya instaurado en el imaginario colectivo es lo que la gente considera su universo de acción. Por eso dudo de un conocimiento total, porque a algo establecido siempre van a surgir exponentes que criticarán los cabos sueltos, y no está mal, siempre y cuando la crítica se convierta en algo constructivo y útil que supere el yo para acercarse al nosotros. Si creo en el carácter acumulativo del conocimiento, es decir, todas las experiencias e investigaciones pasadas dejan la puerta abierta para nuevas ideas, hipótesis e investigaciones. Si la forma en que vemos la realidad es parcial, utilizando las ideas que mejor nos cierran para entenderla, el modelo de reproducción también dejará a muchos afuera de ese Todo. Te confieso igual, que tu comentario me ha dado que pensar: Sin dudas, el tema del concenso es uno de los más interesantes para los que estudiamos Cs. Sociales. Un saludo, y gracias por el aporte.