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La caída del Irminsul, parte II

Escultura de Witikind en HerfordComo se dijo en el artículo anterior, la caída del Irminsul fue un golpe bajo para la mayoría de los sajones. Ni bien Carlomagno hubiera desocupado la región, rumbo a una campaña en contra de los lombardos que acechaban Roma; no se hicieron esperar los primeros brotes de descontento en forma de saqueos a través de la región del Hesse.

Desde luego el rey franco tomó represalias, y mandó algunas tropas contra los rebeldes. Sin embargo, no fue hasta 775 cuando él mismo se hizo cargo de la campaña: estableció una serie de pactos con sus «pares» los nobles sajones, permitiéndoles la paz si aceptaban la fe cristiana, por lo menos a través del bautismo. Para tener más beneficios a su favor, Carlomagno acostumbraba llevarse a su reino algunos príncipes o nobles del pueblo a conquistar, pero en calidad de prisioneros, con la finalidad de «acelerar» algunas decisiones. También introdujo varias camadas de misioneros para inculcar la nueva Fe y levantar iglesias. Pero el golpe maestro lo dio en Paderborn en 777, donde con la excusa de formar la primera asamblea de nobles sajones, obtuvo el bautismo de muchos de sus miembros y supuestamente de la población en general.

Como era de esperarse, no todos los nobles aceptaron en la práctica cotidiana al cristianismo, ni tampoco lo hizo la gente humilde. Así comenzaron nuevas sublevaciones, pero esta vez apoyada por algunos sectores de la nobleza que no simpatizaban con Carlomagno, ni con la nueva religión. Entre éste grupo se encontraba Witikind (o Widukind, varía según las traducciones) un duque sajón que impulsó un movimiento de odio y repudio contra las nuevas creencias, llegando a organizar incursiones violentas contra iglesias y comunidades misioneras. El apoyo de los sajones a esta figura fue tan grande, que la sublevación llegó hasta Frisia (región vinculada a lo que son hoy los Países Bajos). Si los sajones luchaban con los frisios o los convencían, peligraba el proyecto imperial de los francos. Luego de una desgastante lucha entre fuerzas sajonas y francas (con muchas bajas en ambos bandos) Witikind no podía continuar con la rebelión. Se dice que Carlomagno logró una conversión general de él y sus súbditos al cristianismo, y por un tiempo se calmó la situación en Sajonia.

Pero la introducción del diezmo en la región, logró reavivar las llamas de la rebelión, sobre todo en los comunes, a los cuales se les hacía muy difícil contribuir con este nuevo impuesto, porque si no pagaban, las autoridades francas (eclesiales y militares) mandaban a confiscar lo poco que tenían. De esta manera poco importaban los esfuerzos de algunos misioneros en contagiar la nueva fe por las buenas, ya que sus propios superiores o los nobles francos hacían estragos con los saqueos o las penas de muerte contra los no conversos. Fue así que surgió una gran sublevación al norte de la región, que se mantuvo desde 793 a 804 aproximadamente.

Carlomagno provocó entonces una gran diáspora del pueblo sajón, dispersando familias por distintas regiones del futuro Imperio, y reemplazándolas por familias francas. Solo con esta medida extrema logró el rey franco sofocar las rebeliones, puesto que los nobles podían comprarse fácilmente (y de hecho fueron grandes aliados de los sucesores de Carlomagno), pero no la gente común, que a pesar de las imposiciones seguían manteniendo viva sus antiguas creencias y tradiciones.

Bibliografía y Recursos:

– Grimberg, Carl: Historia Universal, Sociedad Comercial e Editorial Santiago Ltda., Santiago de Chile, 1995. Tomo 15: “Carlomagno”.
– Wefing, Heinrich. Widukind-Denkmal in Herford. [Fotografía] 2007. Wikimedia Commons. Visto el 9/01/2008
<http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:Widukind-Herfod.jpg>

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Una respuesta a «La caída del Irminsul, parte II»

me parece excelente la oinformación que se entrega a través de sus estudios. Sería necesario profundizar en temas como los errores de la iglesia católica desde su nacimiento hasta nuestros día, el papel de ella junto al poder económico, pollítico, por ende dominate. Es importante la formulación de una histotia desde el punto de vista de los vencidos y no sólo de lado de los vencedores. Gracias